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En La Habana, Cuba, el 28 de noviembre de 2025, surge un llamado urgente al cierre inmediato de la Clínica Veterinaria Mascolive, una mipyme privada acusada de ser el establecimiento con mayor incidencia de muertes de mascotas reportadas a nivel nacional según denuncias acumuladas por Bienestar Animal Cuba (BAC-Habana) desde julio de 2025, evidenciando un patrón sistemático de negligencia que incluye casos como el de Dayita Escobar quien perdió su cachorro sano de seis meses tras una consulta rutinaria, Karen Rodríguez que gastó miles de pesos en tratamientos fallidos que terminaron en muerte, Omar Negrón cuya perrita casi muere por diagnóstico erróneo recuperándose en solo tres días con otro veterinario, y las denuncias de Yarelin Ramos, Rache Rache y Enmanuel Rodríguez sobre prescripción innecesaria de pruebas y medicamentos para inflar facturas, despido de técnicos que intentan corregir errores médicos, y cobro de miles de pesos por tratamientos que no salvan sino que cobran vidas, siendo estos apenas algunos ejemplos de muchísimos casos documentados que revelan una cultura de lucro sobre vida animal. La clínica opera con precios exorbitantes hasta 50% superiores a otras clínicas habaneras, explotando emocionalmente a familias de bajos ingresos en un país donde el salario promedio apenas cubre necesidades básicas, obligándolas a endeudarse mediante contratos vagos sin transparencia mientras cobran cientos o miles de pesos por servicios que resultan en tragedias prevenibles. Lo más grave es la impunidad absoluta: desde que BAC-Habana inició su investigación, Mascolive ha evadido toda responsabilidad, negando acceso a auditorías independientes, sin reconocer errores públicos, sin despedir responsables ni implementar mejoras, limitándose a comunicados defensivos que exigen “transparencia” a los denunciantes mientras reafirman un falso “compromiso con la alta medicina veterinaria” que contrasta brutalmente con la montaña de testimonios de dolor acumulados en redes sociales y foros donde se multiplican las quejas de dueños que llevan mascotas por dolencias menores y las recuperan muertas. Por ello se exige cierre inmediato por riesgo público y violación ética, investigación exhaustiva con acceso total a historiales clínicos, indemnizaciones a familias afectadas, regulación urgente de precios y estándares para mipymes veterinarias, e intervención del Ministerio de Agricultura, la Asociación Cubana de Médicos Veterinarios y el Instituto de Bienestar Animal, llamando a todas las víctimas a unirse mediante BAC-Habana ([bacuba.org](http://bacuba.org)) y la campaña #CerrarMascolive para amplificar esta voz colectiva porque en un país donde el 70% de las mascotas dependen de dueños de ingresos modestos y los servicios públicos veterinarios son limitados e inadecuados, permitir que esta clínica continúe operando como un negocio de muerte disfrazado de cuidado es condenar a más animales inocentes y familias desesperadas a pagar el precio de la negligencia con sus vidas y ahorros, mientras otros países sancionan duramente casos similares con multas millonarias, cierres e indemnizaciones por perjuicios morales y materiales, haciendo intolerables tanto la indiferencia de los dueños de Mascolive ante el sufrimiento ajeno como la falta de accountability que les permite seguir operando amparados en su estatus de mipyme pionera cuando deberían enfrentar consecuencias inmediatas por cada vida perdida, cada familia destrozada y cada peso robado en nombre de un falso profesionalismo que prioriza ganancias sobre el sagrado deber de proteger a los seres más vulnerables e indefensos que dependen completamente de la competencia y ética de quienes juran cuidarlos.​​​​​​​​​​​​​​​​